**La Estafa Piramidal Académica** En el complejo ecosistema académico español, la investigación científica ha venido experimentando una transformación profunda y preocupante que empieza a durar ya algunos decenios. Lejos de ser un espacio de genuina generación de conocimiento, se ha convertido en un sofisticado mecanismo de producción donde los indicadores burocráticos de rendimiento sustituyen la verdadera innovación y valor científico. Esta metamorfosis ha dado lugar a un sistema que más se asemeja a un elaborado esquema de la clásica _estafa piramidal_ que a un auténtico motor de conocimiento.  La Universidad, templo del saber y el pensamiento crítico en un pasado que ya nadie parece recordar, se ha transformado en una fábrica unidimensional de publicaciones donde el valor se mide por _métricas cuantitativas_ (donde la palabra _métrica_ ha perdido su significado) y no por el valor y originalidad de las contribuciones. Cada artículo, cada línea de investigación, parece responder más a una estrategia de supervivencia individual e institucional que a un auténtico deseo de comprender y transformar la realidad. # Las dinámicas de la pirámide Podría pensarse que esta estructura cumple una función jerárquica natural, en la que los avances de los más jóvenes se apoyan en el conocimiento acumulado de los más experimentados, sirviendo de base de futuro y de fuerza tractora, pero por desgracia la estructura piramidal ha demostrado cumplir una funcionalidad más perversa y que responde a otros objetivos menos elevados. ## La estrategia de multiplicación bibliográfica El sistema de investigación ha desarrollado mecanismos sutiles pero extremadamente efectivos para generar la ilusión de productividad científica. En el núcleo de este sistema se encuentra una estrategia de multiplicación bibliográfica que funciona como un complejo engranaje institucional. Los investigadores seniors, generalmente catedráticos o investigadores principales de proyectos, han convertido la coautoría en una herramienta de control y expansión académica. Su metodología es meticulosa y calculada: - Incluyen sistemáticamente como coautores a becarios y doctorandos en sus publicaciones, no tanto por una genuina colaboración científica, sino como mecanismo de control y promoción (control de su pirámide de venta, y promoción de sus clientes, que sueñan con subir en la jerarquía). De los beneficios propios hablaremos más adelante. - Estos investigadores junior, ávidos de visibilidad y reconocimiento, aparecen en múltiples artículos, generando la apariencia de una productividad científica significativa que no se corresponde con el conocimiento superficial que realmente han adquirido al trabajar en problemas mal fundamentados y superficiales, sin el tiempo ni preparación adecuados. - A cambio, los investigadores noveles incluyen invariablemente a sus superiores en sus propias publicaciones, creando un ciclo de retroalimentación mutua que perpetúa el sistema. Esta dinámica no es casual: es un protocolo no escrito que se transmite como un ritual de iniciación en el mundo académico. Cada nuevo investigador aprende rápidamente que su supervivencia depende menos de la calidad de su trabajo y más de su capacidad para integrarse en estas redes de co-autoría y co-citación. ## Beneficios para los arquitectos del sistema Los investigadores principales que ocupan la cúspide de esta pirámide académica no son simples participantes pasivos, ni siquiera bondadosos proveedores de un futuro prometedor a los nóveles, sino verdaderos arquitectos de un sistema que les reporta múltiples beneficios estratégicos. Su control del ecosistema investigador les permite obtener réditos que van mucho más allá de la mera producción científica. ### Beneficios académicos y profesionales Por supuesto, encontramos en un primer nivel los beneficios derivados y asociados a la actividad académica: - **Multiplicación de Producción Científica**: Al incluir a investigadores junior como coautores, pueden incrementar exponencialmente su número de publicaciones sin invertir trabajo directo en la investigación. - **Acumulación de Sexenios y Complementos**: Cada publicación suma puntos para la obtención de sexenios de investigación, que se traducen directamente en complementos salariales, mayor prestigio institucional y herramientas con las que restringir el acceso a ciertos estadíos de la actividad académica. - **Control de Líneas de Investigación**: Mantienen el monopolio sobre las líneas de investigación más prometedoras, dirigiendo recursos y becas hacia proyectos que les benefician directamente. ### Beneficios económicos ocultos El sistema piramidal se convierte en una auténtica maquinaria de generación de recursos, algunos de ellos que no quedan claros a los que son ajenos al sistema de producción y financiación de la investigación: - **Captación de Fondos**: A mayor número de publicaciones, mayores posibilidades de conseguir proyectos de investigación con financiación nacional e internacional. - **Consultorías y Servicios Externos**: El prestigio académico generado se traduce en oportunidades de consultoría, informes técnicos y servicios altamente remunerados. - **Creación de Redes de Influencia**: Cada publicación no solo suma puntos académicos, sino que construye una red de contactos e influencia dentro del sistema académico, que en poco tiempo trasciende las fronteras estatales para apoyar y apoyarse en estructuras similares que funcionan a nivel internacional. ### Mecanismos de perpetuación Los beneficiarios de este sistema han desarrollado mecanismos sofisticados para su perpetuación que les aseguran su permanencia en el sistema y el mantenimiento del control: - Diseñan los **criterios de evaluación** académica favoreciendo sus propias prácticas, y gestionan las oficinas de control y aplicación de estos criterios. - Controlan los tribunales de oposición y los **procesos de selección** de nuevos investigadores, generando redes de favores explícitos que aseguran los apoyos necesarios por medio de un sistema endogámico maquillado de objetividad. - Generan un ambiente de **competitividad** donde la única salida para los nuevos investigadores es reproducir el mismo modelo y entrar en la cadena de favores perdiendo el control de su propia carrera académica. Esta estructura no es un error del sistema, sino un diseño deliberado. Los catedráticos no son víctimas, sino los principales beneficiarios de un modelo que convierte la investigación en un producto transaccional, donde el conocimiento se subordina a los intereses corporativos de una élite académica con más parecido a las bandas organizadas que a grupos de investigación. ## La reproducción de un sistema autoevaluado El sistema se reproduce con la eficiencia de un organismo autopoiético. Cada nueva generación de investigadores no solo se ve obligada a replicar este modelo para poder avanzar en su carrera académica, sino que interioriza estas prácticas como norma natural del ecosistema científico. De esta forma, los criterios de evaluación, lejos de promover la innovación, se han convertido en un laberinto burocrático donde la originalidad queda sepultada bajo toneladas de **productoras de artículos** (y en este concepto entran todas las editoriales existentes, no solo aquellas que nos intentan vender públicamete como depredadoras para desviar la atención del robo al erario público que se está cometiendo desde las más prestigiosas firmas con el beneplácito del administrador público) y publicaciones repetitivas. Se premia no el conocimiento transformador, sino la capacidad de navegar este complejo sistema administrativo sin salirse de las normas calladamente establecidas. # Consecuencias de la estafa piramidal Las consecuencias de este modelo son profundamente desalentadoras. El sistema ha generado una cascada de deterioro que erosiona sistemáticamente la **calidad investigadora** y, a largo plazo, incluso la cantidad investigadora (muchos de los investigadores junior, tras conseguir los méritos perseguidos de estabilidad y reconocimiento, dejan de producir de forma regular, salvo si tienen opciones y ambición por seguir subiendo en la pirámide). Investigadores cada vez más jóvenes entran en un circuito de producción científica sin la formación ni la madurez necesaria. La presión por publicar ha generado una cultura de estudios superficiales, metodologías endebles y conclusiones poco rigurosas y de interés. La ciencia se ha convertido en una suerte de cadena de montaje académica donde lo importante no es generar conocimiento, sino cumplir cuotas de producción. Esta dinámica genera efectos perversos a largo plazo: la investigación deja de ser un espacio de descubrimiento para convertirse en un ejercicio de simulación académica. Los jóvenes investigadores aprenden rápidamente que la originalidad es menos importante que la capacidad de adaptación a un sistema cada vez más burocrático y menos científico, donde es más importante decir algo, lo que sea, al contenido de la comunicación. Además, la pirámide investigadora se sustenta sobre un cimiento de **precariedad laboral y vulnerabilidad profesional** sobre el que deben sobrevivir por larguísimos tiempos que no están justificados en ninguna institución. Los becarios e investigadores predoctorales se encuentran en una posición de extrema fragilidad durante una cantidad de años que supera las de cualquier otra carrera profesional, y donde sus expectativas de futuro dependen no de su talento real, sino de su capacidad para adaptarse a las reglas de un juego que sistemáticamente los anula como miembros de valor del mundo del conocimiento. El sistema no solo explota su trabajo, sino que les vende la ilusión de una carrera académica que cada vez se parece menos a una trayectoria profesional vocacional y más a una servidumbre voluntaria. La meritocracia original se ha convertido en un espejismo, y el verdadero mérito queda frecuentemente marginado en favor de quienes mejor dominan las reglas de este juego burocrático-científico. # Conclusión: un sistema que se autodestruye De esta forma, la investigación (en especial, la española) ha dejado de ser un espacio de generación de conocimiento para convertirse en un elaborado teatro académico donde lo importante no es descubrir, sino aparecer. Cada nueva capa de la pirámide añade un nivel más de complejidad artificiosa, alejando al investigador cada vez más de la esencia misma de la investigación científica, pero con el doble rol perverso de servirle, simultáneamente, como casa matriz en la que sentirse a salvo y jaula de cristal en la que puede ser admirado pero de la que no debe salir. Estamos ante un sistema que se alimenta de sí mismo, que devora el talento que pudieran traer las nuevas generaciones (cada vez más mermadas por un sistema educativo completo en decadencia) mientras crea la ilusión de un magnífico progreso científico. Una estructura que no solo no genera conocimiento, sino que activamente lo obstaculiza, convirtiendo la investigación en un ritual vacío de burocratización del saber. Un sistema que lleva ya tanto tiempo instaurado que apenas muestra indicios de calidad científica en ninguno de sus niveles, donde jóvenes mal preparados se han convertido ya en investigadores senior que desconocen las barreras que debían haber intentado romper pero que le han enseñado a ignorar y evitar. Es urgente una transformación radical que devuelva a la investigación su verdadero sentido: la búsqueda rigurosa, honesta y comprometida del conocimiento. Un cambio que recupere la pasión por descubrir, que premie la originalidad sobre la repetición, y que convierta la universidad nuevamente en un espacio de pensamiento crítico y transformación social. Pero toda transformación revolucionaria precisa de unos protagonistas que sean objetos y sujetos de la acción y... ¿de dónde van a salir ahora que solo quedan grandes pirámides corruptas y caducas en un amplio desierto académico que se extiende en todas las direcciones? (insert ../menu.md.html here)